UNA OSA Y SIETE ESTRELLAS
Buenos días de miércoles, queridos tabernarios.
Seguramente estéis en una de nuestras tabernas desayunando e informándoos de las noticias del mundo mundial.
Hoy seguimos con el enigma del oso del escudo de Madrid. ¿Recordáis la historia?
Pues continuamos.
Vamos a resolver si es oso o es osa.
¿Y cómo lo vamos a averiguar?
Muy fácil, os lo va a contar el astrónomo Maslama, el primer madrileño conocido:
Tenemos que viajar a la historia de las 7 estrellas de la bandera de la Comunidad de Madrid que diseñó el gran poeta y periodista español Santiago Amón (1927-1988).
En concreto, nos vamos de excursión a la Sierra de Guadarrama.
¡Qué intriga todo!
Desde esa maravillosa obra de la creación podemos contemplar otra preciosidad: de noche, y con el cielo despejado, una constelación. ¡La Osa Mayor!
Siete brillantes estrellas la forman. Son esas siete estrellas las que dan vida a la bandera de nuestra querida Comunidad.
Así que ahora ya conocéis dos detalles más, queridos tabernarios:
Que el oso del escudo de Madrid es osa.
¿Y el otro? El más importante: ¡DE MADRID AL CIELO!
«Tienen las armas de Madrid por orla siete estrellas en campo azul, por las que vemos junto al Norte, que llamamos en griego Bootes, y en nuestro castellano, por atajar cosas y fábulas, llaman el Carro, las cuales andan junto a la Ursa, y por ser las armas de Madrid osa, tomó las mismas estrellas que junto a la Ursa, como hemos dicho, andan, por razón de que como en tiempo de don Alfonso VI viniendo a ganar este reino de Toledo, el primer pueblo que ganaron fue Madrid, y para denotar que así como aquellas siete estrellas que andan alrededor del Norte son indicio de la revolución y del gobierno de las orbes celestiales, así Madrid como alcázar y casa real y primeramente ganado, había de ser pueblo de donde los hombres conociesen el gobierno que por la asistencia de los reyes y señores de estos reinos de Madrid había de salir, y también porque este nombre Carpetano, como abajo declaramos, quiere decir Carro, por eso tomó las siete estrellas que en el cielo llamamos Carro.»
Juan López de Hoyos, en su «Declaración de las Armas de Madrid» (S.XVI)