En Madrid hay tres bloques del muro de Berlín
9 de noviembre de 1989. La ciudad de Berlín y toda Europa viven un hito histórico que retransmitieron en directo las televisiones de todo el mundo. El muro que durante casi tres décadas había dividido a las dos Alemanias cae por fin y termina con años de separación del pueblo germano. Un parque en nuestra ciudad recuerda esta efeméride. Hoy te contamos algunas cosas interesantes del parque de Berlín. (Ubicación)
Fragmentos de esa estructura de hormigón de 120 kilómetros de longitud y tres metros de altura están esparcidos por más de 50 países. Piezas que conmemoran su caída o simbolizan la solidaridad de las ciudades con el país. Lo que tal vez no sabías es que en España también puedes ver alguno de estos restos. La Isla de la Cartuja de Sevilla, Redondela en Pontevedra o Torrejón de Ardoz, en Madrid, son algunos de estos lugares y también nuestro protagonista de hoy: el parque de Berlín del distrito de Chamartín en la capital.
Se cumplen 31 años desde de la anexión de la República Federal de Alemania (RFA) y la República Democrática Alemana (RDA). La tensión entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, con sistemas políticos muy diferentes, hizo que en 1961 los soviéticos decidieran construir un muro para evitar los influjos de Occidente.
Las demandas de los berlineses, la presión social y el nuevo contexto político consiguieron derribar el muro la noche del 9 al 10 de noviembre de 1989. Y un año más tarde se hizo oficial la reunificación de Alemania.
El origen del parque
En 1966, el alcalde de Berlín, Herbert Ernst Karl Frahm, más conocido como Willy Brandt, anunció una visita a Madrid. Por este motivo, las autoridades municipales decidieron crear un parque en honor a la ciudad y así se gestó esta zona verde de la capital, a apenas 200 metros del colegio alemán. Finalmente, el primer edil no acudió a la inauguración y lo hizo en su lugar el embajador de su país en España.
La zona inferior de este pulmón verde está dedicada a la caída del muro de Berlín. Los restos fueron cedidos a España en noviembre de 1990. Tres fragmentos con grafitis originales.
¿Y CÓMO LLEGARON?
Según relata el excalcalde de la capital José María Álvarez del Manzano. El encargado de gestionar su llegada fue Agustín Rodríguez Sahagún, regidor en ese momento de la capital.
El motivo de que esos pedazos de historia residieran en la capital, explica Álvarez del Manzano, era dar con «ese testimonio la ratificación de la muerte de la dictadura en Alemania y el comunismo en el mundo».
«Madrid tenía que ser un símbolo de eso», señala el ex regidor de Madrid, que en ese momento era primer teniente de alcalde. Una vez fueron solicitados, Álvarez del Manzano se encargó de que se ubicaran en el parque madrileño que llevaba el nombre de la ciudad de Berlín.
Las pintadas originales prevalecen en el muro, aunque estuvieron a punto de desaparecer por unos operarios municipales que quisieron limpiarlas al creer que los fragmentos fueron objeto del vandalismo.
Un día antes de la presentación de los fragmentos del muro a la capital, en 1990, recibió una llamada del responsable de limpieza del Ayuntamiento de Madrid.
«Me llamó Luis Molina diciéndome que yo había dado orden de que se limpiaran todas las pintadas de Madrid y que estaban limpiando también las del muro de Berlín. Le dije: ‘No, por Dios. Esas no'», contaba entre risas el ex alcalde. «Iban a hacer la inauguración al día siguiente y los operarios dijeron: ‘Aquí hay una pintura, vamos a borrarla'», prosigue.
Ya véis queridos Tabernarios, bienvenidos a Madrid.
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