VALLECAS
El Vallecas prometido, queridos Tabernarios.
Un merecido título de ‘Villa’. Las canteras de yeso y el pedernal que ocupaban estos terrenos hicieron que Carlos IV declarara Vallecas como lugar de realengo con el título de ‘Villa’ en el siglo XVIII.
Lo primero es lo primero: El sabor de lo castizo.
Bares como Casa Fernando en la Av. de la Albufera 31 o el Bar Alegría en la Av. de San Diego 39, llevan varias décadas poniéndole sabor a la hora del vermut. El aperitivo sienta mucho mejor servido por auténticos profesionales en las tapas de toda la vida. No dejéis de ir por nada del mundo.
La villa del pan.
El pasado de este barrio está muy ligado al cultivo del cereal y a la elaboración del pan. Más de 70 tahonas eran las encargadas de abastecer a la corte y a los vecinos de Madrid antes de que la Junta de Abastos estableciera limitaciones en favor de los panaderos de la capital. Las tahonas de Vallecas siguen gozando de gran popularidad.
La Tahona, panadería de Villa de Vallecas, fundada en 1902. Foto Alba Díaz Ardila, noviembre 2005.
El estadio del Rayo Vallecano.
La tradición futbolera tiene mucho arraigo en el barrio y el estadio de su equipo, el Rayo Vallecano, es un mucho más que un recinto deportivo. ¡Es un lugar de peregrinación!
El Parque del Cerro del Tío Pío.
Si te apetece tener una panorámica sensacional del skyline de Madrid, dirígete hasta lo alto de cualquiera de las siete colinas del Cerro del Tío Pío, más conocido como el Parque de las «siete tetas» en referencia a su curiosa orografía.
La carrera de San Silvestre vallecana.
El 31 de diciembre de cada año alrededor de 40.000 personas se calzan las zapatillas para participar en la carrera de San Silvestre más popular de toda España.
La batalla naval.
Aquí no hay playa, pero las Fiestas del Carmen en el mes de julio se celebran en las calles de Puente de Vallecas como si no hubiera un mañana. Desfiles de barcas y mucha agua son la tónica de esta batalla popular en la que es imposible no mojarse.
Las expresiones de arte urbano.
Fantásticos murales decoran las fachadas de la Avenida de la Albufera y sus alrededores, la calle Pico Mampodre y la calle Puerto de Alazores. Estos enormes grafitis llevan la firma de artistas urbanos como Naone & Juice, Pelucas, Jaz o Sten Lex.
La estatua de la abuela rockera.
Date una vuelta por el boulevard de Vallecas para conocer a uno de sus personajes más ilustres, Ángeles Rodríguez, más conocida como “la abuela rockera”. Un icono del rock intergeneracional a la que el barrio le rinde homenaje con su estatua haciendo los cuernos.
VKAOS, el templo del heavy metal.
Podría pasar inadvertido si no fuera por los heavys que se concentran en la entrada con sus pantalones apretados, sus largas melenas y sus cazadoras de cuero. El VKAOS lleva muchos años siendo todo un referente del metal y es uno de los últimos supervivientes de su generación en el barrio.
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