CIUDAD LINEAL
Hoy pateamos Ciudad Lineal, queridos tabernarios.
Ya muy de mañana el barrio es puro bullicio porque la calle Alcalá está repleta de comercios. Y la zona más típica de esta calle es la de su confluencia con Gran Vía, donde reina el edificio Metrópolis. Pero Alcalá también es esta parte de la ciudad cuyo nombre evoca una línea recta, y por tanto un orden desmentido por la heterogeneidad desconcertante de los edificios y por lo variopinto de su vecindario.
Salvo el dibujo alargado del distrito, nada queda del trazado primero de Ciudad Lineal, proyecto del arquitecto Arturo Soria.
Hoy la zona se diferencia poco de otros barrios que se alimentaron de la emigración masiva del campo a la ciudad entre 1960 y 1975, y que provocó una rápida mutación del paisaje. Adiós casitas, hola bloques de ladrillo.
Primero hubo una Cruz de los Caídos y un descampado con una fábrica de cemento, luego un fastuoso centro comercial que bautizaron como Alcalá Norte, al que venían gentes de toda de la ciudad y del Corredor del Henares.
Del centro comercial nos vamos a la Parroquia Nuestra Señora de la Concepción, en Arturo Soria; Enfrente encontramos un mix de pub irlandés y costumbrismo español, donde ponen pintas.
El asfaltado de Tierno Galván
En la calle Luva hay dos garitos que abren hasta tarde: el Malas Intenciones y El Bus. Los locales de copas acusan las transformaciones de la clientela. Antes esto esta era una zona de marcha para adolescentes y postadolescentes.
Este barrio nunca ha sido demasiado castizo porque no ha dado tiempo a que la identidad sedimente. Cuando murió Franco, muchas calles todavía estaban sin asfaltar, y fue Tierno Galván quien hizo que los vecinos dejasen de masticar tierra y de sentirse excluidos de Madrid.
La ciudad también tenía que ser para los andaluces, extremeños, castellanos y etcétera que habían dejado sus pueblos con la promesa de mejores trabajos, y a tal fin Tierno propició que se hicieran fiestas y hubiera más servicios.
De la música ochentera a la bachata
No pocos moradores de Ciudad Lineal se mudaron a la zona nueva de Las Rosas, y los pisos que quedaron vacíos fueron alquilados por inmigrantes latinoamericanos.
De muchos locales donde primero sonó la música de moda en los 80 y luego el ‘bakalao’ ahora sale la salsa y la bachata.
El Centro de Mayores Príncipe de Asturias, que viene a ser como un bar de jubilados: los abuelos beben su café o su copita y pasan la mañana jugando a las cartas. El centro tiene una biblioteca modesta. Al lado hay un parque conocido como Los Mosquitos.
Y las modestas casitas de ladrillo de principios del siglo XX situadas en Lago Constanza 32 son dignas de ser visitadas.
Para acabar, os proponemos comer castizamente en El Pitaco.
¡A DISFRUTAR!
Síguenos en nuestras redes.