La naturaleza de la Casa de Campo llega a la Gran Vía

Francisco Porras-Isla es uno de los tres arquitectos ganadores del concurso y autores del proyecto. Lo ha firmado Junto a Lorenzo Fernández-Ordóñez y Aranzazu La Casta. «La clave de la obra es que supera con mucho la remodelación de cualquier plaza. Se trata de una reconfiguración urbana. Cambia la movilidad y la conexión con el Palacio Real, Gran Vía, el Parque del Oeste y Madrid Río. Es la primera vez que ese triángulo de elementos patrimoniales de primera orden se une por primera vez. Da carta de naturaleza a Madrid Río».

El equipo de operadores, técnicos y arquitectos han trabajado simultáneamente a dos niveles. «Sobre el suelo y bajo el suelo. Conforme avanzaba la obra, avanzaba nuestro proyecto», que ha reformado 70.000 metros cuadrados. «Un proyecto de estas características se tardaría en ejecutar tres veces más en cualquier otra ciudad europea. Se mezcla lo urbano, lo comercial y lo monumental, además de ser la puerta de entrada a Madrid de la naturaleza a través de la Casa de Campo».

Por ahora no se ha podido girar el monumento en honor a Miguel de Cervantes. Quijote y Sancho Panza seguirán orientados hacia el oeste. «Nuestra intención era que estuvieran dispuestos al este. No hemos podido realizarlo porque es un Bien de Interés Patrimonial. De momento se mantiene así. Las figuras deberían recibir a todos los madrileños, orientadas hacia la calle Princesa, a todos los visitantes, como si saliesen de uno de esos bosques que describió Cervantes».

Durante la obra trabajaron de «lo estratégico al detalle. Se trata de transformar la movilidad. Hacer de Madrid una ciudad más sana, que lo será dentro de 50 años, cuando los árboles sean frondosos. Y se convierta en un espacio amable para el paseante. También, por ejemplo, hemos podido detallar y diseñar las farolas que sólo hay en Plaza de España en este momento. Le da una unidad al conjunto que se percibe cuando alguien anda por ahí».

Durante la presentación oficial de la reforma, el alcalde empezó recordando que el proyecto fue aprobado por la anterior alcaldesa, Manuela Carmena, en 2017. «Madrid se ha construido a través de las sucesivas generaciones de madrileños, acompañados por los sucesivos gobiernos. La continuidad institucional es un mensaje positivo en estos tiempos», dijo.

Almeida considera la reforma «un proyecto simbólico que mejora la calidad de vida. Madrid es una de las grandes capitales del mundo. Debemos liderar las grandes reformas».

 

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